El JNE, los miedos de Castañeda y la complacencia de Humala
Foto tomada de Reuters
Que Luis Castañeda y la cúpula aprista estén de acuerdo con la norma del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) que busca controlar y ponerle parámetros a las encuestas que realizan empresas privadas, es comprensible por el temor que tiene el primero de quedar definitivamente relegado al tercer lugar de las preferencias electorales, y la segunda, de no alcanzar ni el 5% de los votos.
Sin embargo, que Ollanta Humala se sume a la barra apro-castañedista, solo demuestra una cosa: desesperación. Y esto es así porque el líder de Gana Perú, que hace cinco años era plato fuerte en las encuestas, ahora apenas llega al 10% ó 12% en todos los sondeos.
Si Humala no está de acuerdo con la percepción que dichos estudios reflejan, está en su derecho. Pero que lo exprese democráticamente y que refute las cifras que le son contrarias, con argumentos técnicos.
Que de pronto salga el líder nacionalista a apoyar unas medidas del JNE que son restrictivas y sospechosas, eso dice mucho de su temple como político.
En cuanto a la medida del JNE y del gobierno aprista, más bien se acerca a las disposiciones de cualquier régimen autoritario. De Hugo Chávez, si quieren, al que Alan García ha criticado tanto. La intolerancia, la manipulación y el propósito controlista de esta resolución electoral están llenos de temor y, quién sabe, tienen objetivos inconfesables y nada democráticos.
En Venezuela, Chávez utilizó la famosa “Lista Tascón” para ponerle la puntería a los 2 millones de ciudadanos de ese país que en el año 2003 firmaron a favor de un referéndum para revocar su mandato. Hasta hoy se escuchan quejas en Venezuela de que Chávez usa esa “lista negra” para que ni el Estado ni las empresas estatales les den trabajo a esos millones de firmantes. ¿Eso busca García? ¿Con eso está de acuerdo Humala? Qué complaciente se le ve a este último.